¿Por qué ser un Estado laico? - Cristina Seminario


¿POR QUÉ SER UN ESTADO LAICO?


Un estado laico es aquel en el que existe independencia y autonomía entre el Estado y las Iglesias, por lo tanto no brinda y/o presta colaboraciones a una o varias en particular, es decir se mantiene ecuánime en cuanto a materia religiosa. Sin embargo, hoy en día esto es mucho más difícil de aplicar en la práctica, puesto que no todos los Estados, aunque se declaren abiertamente como laicos, verdaderamente lo son, y ¿El Perú es la excepción? lamentablemente no, a pesar de que para la mayoría de países somos un Estado laico, no lo somos, pues se refleja en nuestra triste realidad peruana, donde la Constitución Política en el Artículo 50 menciona que el Estado le presta su colaboración a la Iglesia Católica alegando que acaece dicha situación porque es un elemento importante en nuestra historia, cultura y moral.

Por lo que a mí me respecta, pienso que el Perú sí debería de ser y conceptuarse abiertamente un Estado laico, debido a que según nuestra Constitución Política regida desde el 1993, en el Artículo 2, inciso 3 “Derechos fundamentales de la persona” declara lo siguiente: “A la libertad de conciencia y religión, en forma individual o asociada...” y al no considerarse como un Estado laico, no estaría respetando lo que su propia Constitución rige, puesto que según el texto “¿Es el Perú un país laico?” la Iglesia Católica junto al máximo exponente del catolicismo en nuestro país, Juan Luis Cipriani, son aquellos que indican su postura en torno a cuestiones polémicos y controversiales en nuestro país, así mismo reflejando el valimiento de dicha religión sobre nuestra sociedad en cuanto a este tipo de temas, en vista de ello vulnerando lo que deberían de respetar, tu libertad religiosa al ser un derecho que te pertenece. No obstante, si este se transfigura en un Estado laico incentivará y permitirá la participación de absolutamente todas las religiones con respecto a situaciones que aquejan a la sociedad peruana, venerando tu libertad religiosa y en donde todos puedan interponerse. Ahora bien, ponte a pensar ¿Cómo es posible que aquellos que plasmaron tus propios derechos en papel para que se cumplan, en el tiempo actual los están transgrediendo sin que tú lo sepas? Por esta y más razones, que a continuación se van a mencionar, es el por qué los peruanos debemos de contar con un Estado laico.

En principio, ser un Estado laico de antemano trae consigo ciertos beneficios que caracterizan a dicha laicidad. Será un estado independiente de cualquier organización o confesión religiosa o de toda religión, de tal forma que nuestros impuestos que le brindamos al Estado ya no retribuirán salarios excesivos a catedrales o papas.

Sin embargo, según el texto “Cipriani en contra de reconocer en la Constitución que el Perú es un Estado laico” se menciona lo que Cipriani proyecta frente a la reformulación de la Constitución Política planteando lo siguiente: “Por la religión católica tú no eres ministro, tú no compras nada ni tienes un trato especial” lo cual aquel apotegma afirmado por el catedral es completamente falso, puesto que ellos, quienes conforman la Iglesia Católica gracias al Estado peruano, sin estar obligado a ello, les pagan sueldos millonarios a los principales representantes de aquella institución social; dinero que sale del “Tesoro Público”. Es decir, nosotros, los contribuyentes, a los curas católicos les brindamos un salario a través de nuestros impuestos, aunque profesemos otra religión o no tengamos ninguna. Es más, según El Comercio “Revelan sueldo de Juan Luis Cipriani y beneficios económicos que recibe Iglesia Católica” afirman que más de 1.000 personas de la Iglesia Católica reciben un estipendio mensual del Estado. Por ejemplo, el Cardenal Cipriani como Arzobispo de Lima recibe un subsidio de 1.419 soles mensuales a cuenta del pliego del sector de Justicia, es un total de 53 cargos eclesiásticos más o menos 1053 personas que en total reciben anualmente dos millones 600 mil soles sin pagar impuestos, de tal forma que contradicen lo que nuestra propia Constitución en el Artículo 50 plantea, pues aluden un régimen de independencia y autonomía, pero de igual forma mencionan que le presta su colaboración reflejándose de manera clara lo mencionado posteriormente, mostrando los beneficios que el Estado peruano le brinda a la Iglesia Católica.

Asimismo, según el texto “No, no somos un estado laico” el autor Carlos Zafra da hincapié a una deplorable situación en cuanto a la educación de nuestro país puesto a la discriminación que se hace presente, siendo la igualdad de convicciones religiosas la más preocupante y complicada de alcanzar si el Estado peruano deja pasar el tiempo y no asume de una vez por todas una efectiva laicidad. Él menciona que tanto la educación básica en instituciones públicas como privadas se refleja un trato discriminatorio ya que a los menores se les priva una educación en la que puedan convivir con las diferentes religiones que son propias de una sociedad que es pluricultural, como lo es el Perú, además todos ellos son distribuidos según su creencias y/o doctrinas. Inclusive, la propia Constitución Política protege y avala este tipo de acciones puesto que en ninguna de sus escrituras plantea lo contrario o no los obliga a lo contrario, de tal forma que siguen afirmándose cada vez más las contradicciones presentes en dichas, pues en el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se hace mención a lo siguiente: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión...” lo cual no se da en la práctica. Además, Cipriani indica que “La mayoría de peruanos están de acuerdo de que su propia de no sea maltratada y por lo tanto, quieren enseñanza de la de en sus colegios, quieren el respeto de la fe en sus matrimonios y sus hogares y quieren que no haya una persecución por credos”. 

Por el contrario, si de un Estado laico se trata, en vez de imponer un curso de religión, vulnerando los derechos de aquellos niños que profesan religiones distintas a la católica, se enseñaría temas relacionados con la laicidad, la convivencia intercultural evitando la exclusión de religiones distintas y la historia de las religiones, porque debemos de entender que las entidades educativas no deberían establecer restricciones religiosas para brindar su servicio a los menores. Asimismo, no estarían atentando contra la Iglesia Católica ya que la laicidad no censura la propagación de creencias llevadas a cabo por organizaciones religiosas, simplemente no permiten este tipo de exclusiones en servicios públicos para tal fin y de esa forma se dé a respetar la libertad de religión sin discriminación alguna.

Es más, si el Estado Peruano pasa a ser a un Estado laico se reitera el hecho de que la política no se llegaría a adhiere públicamente a ninguna religión determinada ni las creencias religiosas, de esa forma no influirá en la política nacional, puesto que en un Estado afianzado, desarrollado, comandado por el empirismo racional, ninguna religión ni la católica influirá en tema socio-políticos por la neutralidad de religión con el que dicha contará y las posturas religiosas no se impondrán a la hora de formular políticas públicas. Un ejemplo de cómo un Estado laico es beneficioso, se ve plasmado perfectamente en los países más avanzados en legislación, en derechos civiles y demás, que protegen el derecho a la eutanasia, eugenesia y aborto, muerte asistida, entre otros. En cambio los países latinoamericanos como Perú, que tienen una débil política de apoyo a estos derechos que se encuentran en nuestra Constitución política no logran ser parte de la lista de aquellos países que social y políticamente son desarrollados. Y aún con todo lo mencionado anteriormente, ¿Quieren seguir con su rumbo normal sin protestar por un Estado justo y laico, donde la religión no intervenga en absolutamente nada y aquellos impuestos sean destinados para deportistas, tecnología, entre otros en beneficio de la sociedad peruana?

A modo colofón, para que el Perú logre ser un Estado laico y como consecuencia cuente con beneficios como su neutralidad, cero influencia en decisiones políticas y/o sociales y un trato igualitario, como hace mención el texto "No, no somos un Estado laico" nuestro país requiere de efectivas políticas de laicidad que se encuentren fundamentados en una Constitución la cual con letras claras y sin miedo, incorpore lo que se va a mencionar a continuación: "La República del Perú es democrática, social, independiente, soberana y laica", por esta razón hago un llamado de subsidio a todos aquellos que conforman el Estado para que se den cuenta que simplemente las Iglesias Católicas quieren lucrar con todos nosotros, sin beneficiarnos e incluso vulnerando nuestros derechos que un día todos ustedes como gobernadores del pueblo juraron proteger.

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